“Amar hasta el límite: el amor en su forma más absoluta”, Texto De Opinión
Amar hasta el límite: el amor en su forma más absoluta
En “Cambio de luces” de Julio Cortázar y “La intrusa” de Jorge Luis Borges, el amor surge como una fuerza capaz de movilizar hasta lo más profundo, pero también de consumir desde adentro. En los dos relatos, los personajes llegan a darlo todo por alguien, incluso su arte o la vida misma, por una visión idealizada o imaginada de la otra persona que muchas veces no condice con la realidad.
En “Cambio de luces”, Tito no se aferra al cuerpo, sino a un pensamiento: la figura de Luciana se vuelve una idea tan intensa que invade su realidad, como si cada recuerdo escrito en la carta formara parte de su propia vida, como si lo hubiera vivido y sentido en carne propia. No hay diálogo, ni historia de amor concreta, pero a ella la vuelve una imagen ideal en su mente, proyecta todo lo vivido con ella como todo lo que no tiene pero necesita: profundidad, amor y sobre todo comprensión.
Y en “La intrusa”, los hermanos Nilsen también lo dan todo, hacen hasta lo inimaginable, por una chica, por una idea distorsionada de amor fraternal y posesión. Juliana no es amada como persona, sino por ser vista como un objeto que quieren tener. Cuando el conflicto se vuelve insoportable, uno de ellos decide matarla para dejar de pelear y salvar el vínculo con su hermano. En este momento, podemos notar como la obsesión y el amor se convierten en un acto de violencia y sacrificio.
Habiendo dicho esto, los cuentos nos muestran el amor cuando se vuelve absoluto, las personas se vuelven vulnerables, viendo en otra personas algo irreal. Esto puede resultar peligroso. Idealizar al otro es, a veces, dejar de verlo tal cual es, y en esa ceguera, uno puede terminar perdiéndose a sí mismo. En los textos la mirada no es pasiva: modifica lo que ven, construye o inventa realidades, y muchas veces, se destruyen.
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